Personajes Alfonso Diez |
¿Qué impulsó al coronel
Von Stauffenberg a querer matar a Hitler? Una respuesta es la de la
película de reciente estreno en México, Operación
Valquiria, con Tom Cruise en el papel del alemán que pudo haber cambiado el
curso de la Segunda Guerra Mundial y de la historia del mundo, en consecuencia.
Pero no es la única respuesta. El análisis de lo que
sucedió durante el período de finales de los años treinta y la primera mitad de
los cuarenta en torno al Führer aclara los hechos.
El filme de Cruise gira alrededor del coronel Claus Philipp Maria Schenk Graf von
Stauffenberg y cómo se une a un grupo de oficiales alemanes para tratar de
matar a Hitler y se basa en otra película para la televisión que en español
llevó el mismo título: “Operación
Walkiria”, producida en Alemania en 2004; en alemán se llamó simplemente Stauffenberg.
El protagonista de esta última es el actor alemán Sebastian Koch, que estuvo en las
carteleras cinematográficas de nuestro país encabezando el reparto de “El libro negro”, una magnífica película
alemana rodada en 2006, aunque a México llegó al siguiente año.
En esta cinta, Koch hace el papel de un oficial alemán
que se enamora de una judía a la que quiere ayudar a escapar de los nazis, pero
muere en el intento. El personaje de la que huye lo interpreta la actriz
holandesa Carice van Houten, que
ahora aparece en la Operación Valquiria apenas estrenada como la condesa von Stauffenberg, esposa del personaje de
Cruise. Carice está actualmente rodando una nueva cinta junto a Koch (Smoke and Ochre) que llegará a las
pantallas mexicanas en 2010.
Así que Cruise repite el esquema que utilizó cuando
realizó “Vanilla Sky”: Le gustó la
película española “Abre los ojos” y
contrató a los guionistas de la misma, Alejandro
Amenábar y Mateo Gil, para que le hicieran un nuevo guión que se convirtió
en “Vanilla…”
Contrató también a la actriz principal de “Abre los
ojos”, Penélope Cruz, para que lo
acompañara en la nueva versión y él hizo el papel que originalmente interpretó
el español Eduardo Noriega, conocido
por su incursión en el cine español en “Tesis”.
En esta ocasión rehizo (al decir “rehizo” y “contrató”
nos referimos al actor, productor y socio de las películas que interpreta,
junto con su equipo de producción, evidentemente) el guión de la Operación
Walquiria de 2004, que se convirtió en la actual, de 2008, en la que muchas de
las escenas son idénticas o muy parecidas a las de la primera versión, en la
que curiosamente, como se señaló antes, el protagonista es Sebastian Koch, el
mismo que hizo “El libro negro” junto a Carice van Houten, contratada ahora
para la nueva versión de Operación Valquiria.
En este filme se plantea que Stauffenberg se horroriza
al conocer el trato que se daba a los prisioneros rusos y a los judíos y por
esa razón decide matar a Hitler, para acabar con un hombre cuyas acciones iban
a destrozar a Alemania y al mundo.
En realidad, Von
Stauffenberg pertenecía al selecto grupo de oficiales prusianos que eran
considerados lo mejor de la milicia alemana. Ellos se opusieron en un principio
a las primeras acciones bélicas de Hitler, pero cuando vieron que tomaba
Austria y Checoslovaquia sin disparar un solo tiro y que luego ocupaba Polonia,
Noruega y Francia sin que hubiera reacciones de guerra importantes por parte de
los ingleses y los americanos, le otorgaron su apoyo.
Pero a partir de los reveses que los alemanes comenzaron
a sufrir en el frente ruso y concretamente en la Batalla de Stalingrado, dieron
marcha atrás y comenzaron a planear la manera de eliminarlo para poder negociar
una paz honorable con los aliados que impidiera la destrucción de Alemania.
Estos, sin embargo, no aceptaron otra cosa que no fuera la rendición total.
La derrota en suelo de la Unión Soviética, entre 1942 y
1943, significó para los alemanes la pérdida de cientos de miles de vidas y
medio millón de prisioneros, pero, además, ese fue el principio del fin de la
Segunda Guerra Mundial. Los aliados no querían abrir el segundo frente, para
que los rusos se desgastaran, con la intención de acabar con el socialismo al
terminar las hostilidades. Cuando lo abrieron, con la invasión de Normandía, el
6 de junio de 1944, Alemania ya había perdido la guerra y se batía en retirada
huyendo de los soviéticos (aunque la cinematografía norteamericana diga otra
cosa).
El atentado de Stauffenberg contra el canciller del
Tercer Reich se realizó el 20 de julio de 1944, cuando la invasión del mismo
Berlín era inminente. Los países que tras la derrota alemana se convirtieron en
socialistas (Rumania, Hungría, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia,
Checoslovaquia, Alemania Oriental) y en parte del llamado bloque soviético ya
habían sido liberados por los rusos. La única manera de tener las manos libres
para negociar la rendición con los Aliados era eliminando a Hitler.
Esa fue la verdadera motivación de los oficiales
prusianos para planear hasta 15 intentos de asesinato contra el autor de “Mi
Lucha”, pero ninguno tuvo éxito. Adolfo Hitler nunca se rindió, decía que
ningún alemán sería sometido por la bota extranjera, “antes que eso, la muerte” y se suicidó e inmediatamente los
alemanes firmaron la rendición total.
Volviendo a Tom Cruise, su película vale la pena, está
bien hecha y bien actuada. El espectador sale complacido.
Hubo otras cintas que tocaron el mismo tema, como “Sucedió el 20 de julio”, dirigida en
1955 por G.W. Pabst; “El complot para
asesinar a Hitler”, de Lawrence Schiller (1990), con Brad Davis, el actor
que saltó a la fama tras hacer el papel del presidiario que escapa de la cárcel
en “Expreso de Medianoche” y luego
de filmar “Carros de Fuego” murió de SIDA en Los Ángeles, en 1991.
Otra producción cinematográfica, de 1996, muestra a Yul Brynner en el papel de un oficial
alemán que conspira junto a Gert Frobe
(Goldfinger) para matar al canciller del Tercer Reich y ayuda a escapar a
un espía inglés personificado por Christopher
Plummer; se trata de “Triple traición”, que dirigió Terence Young. Con
ésta, serían ocho las películas sobre Claus, aunque en realidad el personaje en
el que se basó el papel de Brynner fue otro militar alemán.
En la actualidad, Stauffenberg
es considerado un héroe en
Alemania. A la calle desde donde dirigió las acciones de la Operación
Valquiria, Blenderstrasse, le cambiaron de nombre y ahora es Stauffenbergstrasse, como un homenaje
al hombre que quiso cambiar el destino de su patria.
Su esposa,
Nina Schenk,
sobrevivió a los acontecimientos de 1944 y murió en el 2006. La hija de los Stauffenberg, Konstanze von
Schulthess, acaba de publicar un libro sobre los acontecimientos de julio
de 1944 y cómo fue posteriormente la odisea de su madre y sus hermanitos, de
prisión en prisión y en campos de concentración.
El hijo
mayor, Berthold María Schenck Graf von Stauffenberg, que tenía 10 años de edad
cuando ejecutaron a su padre, fue recluido en un orfanato en 1944 y volvió a
ver a su madre hasta junio del siguiente año, en la cárcel de Ravensbruck en
que ella estaba presa y once años después se dio de alta en el ejército de su
país, en 1956, siguiendo los pasos de su admirado progenitor.
El 21 de julio de 2007 se hizo un homenaje a su padre en
Alemania, como se hace cada año en la misma fecha y entrevistado al respecto, Berthold declaró:
“Siempre se comenta que al principio era nazi
y que luego cambió de parecer. Eso suena excelente, suena bien para aquellos
que fueron nazis. Yo no tendría nada en contra, en caso de que esa fuese la
verdad. Pero no es así. Al principio mi padre no era ni nazi, ni antinazi, sino
que quería ver qué iba a pasar y juzgar imparcialmente. Por aquel entonces no
sólo se mostró contrario a los partidarios del nazismo, sino también a los
opositores declarados. La imparcialidad era algo a lo que él de le daba mucha
importancia”.
Y termina la
entrevista con estas palabras:
“¿Puede
uno tolerar, si se tiene la posibilidad de evitarlo, que un pueblo viva
gobernado por criminales?”
Las últimas palabras de Claus von Stauffenberg, frente al pelotón de fusilamiento, fueron “Larga vida a la Sagrada Alemania” (Es lebe das reilige Deustchland). Tom Cruise las cambió por “Buena suerte a Alemania” (Good will to Germany), tal vez para resaltar en la pantalla el hecho de que el héroe quería una nación mejor. |